Como todos sabéis, sobretodo si habéis frecuentado Google estas últimas semanas, Barrio Sésamo ha cumplido 40 años. Sí amigos, esa serie entrañable que llenaba las tardes de nuestra infancia; de la que proceden personajes tan populares como Epi, Blas o Triqui, el monstruo de las galletas; y que nos enseñaba conceptos tan abstractos como los colores, las direcciones o el protocolo básico entre dos miembros de una sociedad humana (también conocido como hola y adiós), se enfrenta al fantasma de las series cuarentonas.
Por ello, El inefable elefante rosa se ha propuesto rendirle homenaje. Pero no se trata de un homenaje al uso. Nosotros nos encargaremos de mostrar la verdadera vida de los protagonistas de esta serie, que ha dejado una honda impronta en la infancia de medio mundo. Nosotros os enseñaremos la vida entre bastidores de estos individuos peculiares. Nosotros separaremos el mito de la realidad, para que el mundo vea que, tras esa fachada de psicopedagógica perfección, había personas, personas de la calle, personas (o seres humanoides, si lo preferís) de carne y hueso.
He aquí la verdadera vida de los protagonistas de Barrio Sésamo:
- Epi y Blas: En sus orígenes fueron chicos huérfanos que malvivían en un orfanato de Chueca, dedicándose a la performance callejera con la que intentaban salir adelante. Los productores del programa vieron potencial en ellos y los contrataron, pasando de la vida en la calle a la fama y el lujo a una velocidad vertiginosa. Los rumores decían que eran homosexuales y mantenían una relación, rumores que se confirmaron cuando salieron a la luz imágenes que los mostraban a ambos en pleno acto sexual. A continuación os mostramos una de estas imágenes (las demás imágenes las omitimos, pues son de alto contenido homoerótico y no son apropiadas para el público general):

Epi y Blas en plena fornicación
Estos rumores y el escándalo consiguiente propiciaron una ruptura personal y profesional entre la famosa pareja y abandonaron Barrio Sésamo, tras lo cual cada uno persiguió un nuevo aspecto artístico: Epi se combirtió en cantantautor, compartiendo escenarios con artistas de la talla de El chivi o Manolo Cabeza Bolo. Blas, por su parte, inició una nueva carrera como bailarina de cabaret, bajo el pseudónimo de Christy La Màgnifique, en cierto bar de carretera de Hospitalet de Llobregat.
Dos años después, ambos se encontraron y se reconciliaron, reintegrándose en el equipo artístico de Barrio, que los recibieron con los brazos abiertos, aunque las malas lenguas dicen que esto se debió más bien por la ineptitud de los dobles de ambos que contrataron a su marcha (ciertas fuentes afirman que se trataba de unos tales Tinky Winky y Dipsy).
Desde entonces Epi y Blas han contraído nupcias con la instauración de la nueva ley que permite el casamiento de los homosexuales y viven en un pisito de la Gran Vía; y parecen haber encontrado una nueva forma de expresión artística en el Metal Extremo en su grupo de Grindcore, Last Days Of Humanity (Últimos Días de la Humanidad). Aquí tenéis un video de los ensayos:
- Triqui: El autodenominado Monstruo de las Galletas es un ejemplo claro de una carrera brillante echada a perder. Una joven promesa del cine de terror de serie B y promotor del naciente género del Death Metal, Triqui empezó su carrera con éxitos en la escena underground estadounidense como Tastes so good, en la que muestra su convicción en la legalización de las galletas, droga que más tarde acabaría por arruinar su vida:
Dos años después, ambos se encontraron y se reconciliaron, reintegrándose en el equipo artístico de Barrio, que los recibieron con los brazos abiertos, aunque las malas lenguas dicen que esto se debió más bien por la ineptitud de los dobles de ambos que contrataron a su marcha (ciertas fuentes afirman que se trataba de unos tales Tinky Winky y Dipsy).
Desde entonces Epi y Blas han contraído nupcias con la instauración de la nueva ley que permite el casamiento de los homosexuales y viven en un pisito de la Gran Vía; y parecen haber encontrado una nueva forma de expresión artística en el Metal Extremo en su grupo de Grindcore, Last Days Of Humanity (Últimos Días de la Humanidad). Aquí tenéis un video de los ensayos:
- Triqui: El autodenominado Monstruo de las Galletas es un ejemplo claro de una carrera brillante echada a perder. Una joven promesa del cine de terror de serie B y promotor del naciente género del Death Metal, Triqui empezó su carrera con éxitos en la escena underground estadounidense como Tastes so good, en la que muestra su convicción en la legalización de las galletas, droga que más tarde acabaría por arruinar su vida:
Años después, Triqui acepto un papel en Barrio Sésamo, en el que interpretaba a un obseso por los bizcochos de factura artesanal. Pero qué cerca estaba esto de la realidad. Cuanto más años pasaban, más agresivo y esquivo se mostraba; hasta que un día, en una gala nocturna, Triqui agredió a un paparazzi bajo los evidentes efectos de alguna droga. Poco después, empezaron a aflorar imágenes que lo mostraban drogándose en los baños de un centro comercial:

El monstruo de las galletas, poniéndose en un aseo del Carrefour

El monstruo de las galletas, poniéndose en un aseo del Carrefour
Abrumado por tanta presión, Triqui intentó suicidarse con una sobredosis de galletas maría y napolitanas. Por suerte, sobrevivió a esta nefasta experiencia, y poco después ingresó en una clínica de rehabilitación de Malibú. Las últimas noticies indican que ha entablado amistad con otros internos, como Lindsay Lohan o Whitney Houston.
- La gallina Caponata: La famosa ave de Barrio Sésamo, conocida por su proverbial sensatez, no podría llevar una vida más distinta detrás de las cámaras. La gallina Caponata, revela el Inefable elefante rosa en exclusiva, padece de una severa bipolaridad transexual, un trastorno que la (o lo) lleva a adoptar la identidad del pollo Paco Pico en los momentos más insospechados:
- La gallina Caponata: La famosa ave de Barrio Sésamo, conocida por su proverbial sensatez, no podría llevar una vida más distinta detrás de las cámaras. La gallina Caponata, revela el Inefable elefante rosa en exclusiva, padece de una severa bipolaridad transexual, un trastorno que la (o lo) lleva a adoptar la identidad del pollo Paco Pico en los momentos más insospechados:
La verdadera Gallina Caponata


Su alter ego, Paco Pico
Sí amigos. Ahora mismo sus mentes estarán procesando todavía la información. La gallina Caponata, aquella simpática ave de corral que les entretenía por las tardes, no es más que su promiscuo alter ego, asíduo de los bares de carretera. Al parecer la emoción de la fama produce que la dañada psique de la pobre gallina se intercambie con la del dominante Paco Pico. Por ello, sólo en los primeros episodios de la serie se puede apreciar a la verdadera Caponata, la cual debió sufrir algún trauma que todavía se desconoce durante el rodaje. De momento, psicólogos especialistas se están encargando de encontar una cura, sin demasiadas esperanzas.
- La rana Gustavo:
El batracio comentarista más famoso del mundo oculta un pasado turbio de simpatías pro-nazis durante la 2º Guerra mundial. Según parece, esta rana, cuya edad sería mayor de la que en un principio se suponía, no sería sino otro que Karl von Untterhäusen, un espía nazi que filtró las claves secretas del ejercito aliado durante la preparación del día D. Tras la guerra, fué perdonado por las autoridades de Nüremberg y se convirtió en corresponsal para los EEUU. Nadie sabe que hizo, o que dijo, para ser perdonado y posteriormente contratado para actuar en Barrio Sésamo.
- Elmo: Elmo llevó una vida relativamente normal hasta alrededor del año 2003, cuando empezó a frecuentar compñías poco recomendables que le convirtieron en lo que es hoy, un EMO con mayúsculas. Armado de sus camisas negras, sus pinchos, y su flequillo impidendo la visión de un ojo Elmo se dedica a predicar sobre el nihilismo, el sufrimiento de la existencia y el abandono del mundo por parte de Dios, llegando a amenazar de sucidarse en directo cortándose las venas, 2 veces. Incluso ha creado un juguete para difundir su mensaje, el emo cosquillas:
- La rana Gustavo:
El batracio comentarista más famoso del mundo oculta un pasado turbio de simpatías pro-nazis durante la 2º Guerra mundial. Según parece, esta rana, cuya edad sería mayor de la que en un principio se suponía, no sería sino otro que Karl von Untterhäusen, un espía nazi que filtró las claves secretas del ejercito aliado durante la preparación del día D. Tras la guerra, fué perdonado por las autoridades de Nüremberg y se convirtió en corresponsal para los EEUU. Nadie sabe que hizo, o que dijo, para ser perdonado y posteriormente contratado para actuar en Barrio Sésamo.
- Elmo: Elmo llevó una vida relativamente normal hasta alrededor del año 2003, cuando empezó a frecuentar compñías poco recomendables que le convirtieron en lo que es hoy, un EMO con mayúsculas. Armado de sus camisas negras, sus pinchos, y su flequillo impidendo la visión de un ojo Elmo se dedica a predicar sobre el nihilismo, el sufrimiento de la existencia y el abandono del mundo por parte de Dios, llegando a amenazar de sucidarse en directo cortándose las venas, 2 veces. Incluso ha creado un juguete para difundir su mensaje, el emo cosquillas:
Como veis, nada es lo que parece, ni siquiera en Barrio Sésamo. Entre las paredes de esta entrañable comunidad de vecinos se ocultan personas huyendo de un pasado de marginación y problemas sociales. Quizá haya personas que piensen que son una amenaza para la chiquillada del mundo. Que no son el mejor ejemplo para los niños. Viendo nuestra generación, quizá tengan razón, pero, sinceramente: ¿dejaríais a vuestros hijos en manos de los Teletubbies? ¿De los Lunnis? Pensadlo y ya me diréis.
Viva Barrio Sésamo.
Viva Barrio Sésamo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario